miércoles, 9 de febrero de 2011


El Nakajima "Gekko" se convirtió en el caza-bombardero favorito de los japoneses, por su velocidad y maniobrabilidad para interceptar bombarderos enemigos.
No obstante, su velocidad no superaba en mucho a la de los bombarderos B-17, a quienes principalmente interceptaba.
Pero contaba con un arma supersecreta, originalmente desarrollada por los alemanes para su caza pesado Me-110 y conocida por su nombre clave de "Schrägemusik" o "música oblícua", de ahí su peculiar nombre.
Consistía en un juego de cañones situado justo detrás de la cabina de los 2 pilotos que lo tripulaban y que disparaba en ángulo ascendente oblícuo, de donde recibió su extraño apodo.
Les permitía situarse debajo de los bombarderos enemigos a prudente distancia y tenía la característica de dirigir los disparos justo hacia el compartimiento de bombas de las fortalezas voladoras, con los funestos resultados predecibles.
Los japoneses continuaron construyendo Gekkos hasta casi el fin de la guerra, por resultar aviones muy adecuados para efectos de intercepción, principalmente nocturna.